Los robots letales plantean cuestiones éticas y morales profundas sobre el uso de la tecnología en el ámbito de la guerra. Nos obligan a reflexionar sobre los límites de la responsabilidad humana y el valor de la vida. En un mundo cada vez más automatizado, debemos asegurarnos de que las decisiones sobre la vida y la muerte sigan siendo tomadas por seres humanos, con empatía, discernimiento y consideración hacia las consecuencias a largo plazo.